Tomado de www.semana.com
Francisco Santos afirma que el presidente del Polo, Carlos Gaviria, en una reunión se mostró como un obstáculo para un proceso de paz con el ELN. Los asistentes al encuentro, entre ellos Francisco Galán vocero del Eln, señalan que eso no fue así. El hecho generó un nuevo y violento choque verbal entre la oposición y el Gobierno
Por Juan Esteban Mejía UpeguiFecha: 03/13/2007 - Los choques entre el Gobierno y el Polo Democrático Alternativo (PDA) cada vez son más fuertes y se trasladan a distintos escenarios. La pelea verbal que se inició en los medios de comunicación por el escándalo de la ‘para-política’ saltó ahora al manejo del proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). La confrontación ha ido creciendo en espiral desde cuando el senador Gustavo Petro anunció que haría un debate en el Congreso sobre el paramilitarismo en Antioquia en el periodo entre 1995 y 1997, precisamente cuando Álvaro Uribe Vélez era el gobernador. De inmediato trascendió que dentro del informe que se presentaría en ese debate se hablaría de un familiar del Presidente que, según esas versiones, estaría implicado con los paramilitares. La reacción del Jefe del Estado fue tajante y acusó a Petro de “terrorista vestido de civil”. Entonces se armó un zafarrancho de calificativos cada vez de mayor peso que pasó a la expresión de ‘para-uribismo’, dicha por el senador Jorge Robledo del PDA, y que generó una gran molestia en los círculos afectos al Gobierno. Hasta ahí, el agarrón giraba en torno al mismo tema. La semana pasada el senador Petro viajó a Washington para pedir que se aplicara la Carta Democrática de la OEA porque, según él, en el país no hay garantías para ejercer la democracia. Al ring saltó uno de los escuderos del Presidente. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien acusó a Petro de “traidor” y de “asestarle una puñalada trapera” al país. Las aguas parecieron calmarse un poco pero vino la visita del presidente Bush a Bogotá en la que hubo fuertes disturbios y actos de vandalismo contra sitios comerciales del centro de Bogotá. Entre los manifestantes a los actos de protesta figuraban además del Polo, las centrales obreras, el Partido Comunista y otros sindicatos independientes. Sin embargo, desde el Gobierno se concentró la molestia contra el Polo. La reacción inicial de los voceros del Polo fue inexplicable. Primero salió la Robledo para acusar a la Policía de haber iniciado la confrontación. Y luego su tesis fue refrendada por el también congresista Wilson Borja que aseguró que “demandaría a la Policía” por los desordenes. El gobierno aprovechó el ‘papayazo’ de los dos dirigentes del Polo para mostrarlos ante la opinión pública no sólo como auspiciadores de actos violentos sino además como cínicos. No fue necesario argumentar más porque en las imágenes de los noticieros era evidente la violencia de muchos de los vándalos en contra no sólo de la Policía, sino de locales particulares. Y cuando la discusión pasaba por el tema de las protestas trascendió una entrevista del vicepresidente con la agencia de noticias Colprensa. En la charla, Francisco Santos aseguró que “en una reunión del doctor Carlos Gaviria con el Eln, les pidió que con el presidente Uribe ni cinco. Que no podían hacer la paz con Uribe”. Enseguida, agregó que la reunión fue hace poco tiempo y que considera una equivocación funesta de la oposición que frente a un tema como la paz juegue a la deslegitimación. “Esa reunión acabó mal. Fue un encuentro desagradable entre el doctor Gaviria y el Eln, que terminó en un agarrón. Creo que a la paz no se le puede montar matiz político”, concluyó Santos, y remató diciendo que esos actos hablan de “la pequeñez de la política” de Carlos Gaviria. El Vicepresidente se refería a una reunión que tuvieron en diciembre varias personas, entre ellas, el padre Horacio Arango, Alejo Vargas, Francisco Galán y Carlos Gaviria en la Casa de Paz de Medellín. Sin embargo, todos los testigos señalan en afirmar que Francisco Santos no está diciendo la verdad sobre lo que allí ocurrió. Gaviria explicó que en diciembre se encontraba en esa ciudad y que lo invitaron al encuentro. Mientras departían, Francisco Galán le preguntó al dirigente del PDA que por qué su partido no se vinculaba al proceso. “Le respondí que el gobierno no nos había invitado y que además yo creía que mientras ellos no produzcan hechos de paz, las rondas de negociaciones perderán credibilidad en la opinión pública. Eso puede terminar en el desinterés de tanta ronda sin resultados”, le dijo Gaviria a La W. En su declaración, el dirigente del PDA insistió en que a pesar de que su partido se mantenga al margen de esa negociación, estaría dispuesto a participar con tal de encontrar la paz porque este debe ser un “propósito de todos los colombianos”. Añadió, sin embargo, que tanta dilación iba a producir un cansancio y eso podía dar al traste con el proceso. Y se sacó la espina de la frase con que Santos opinó sobre la “pequeñez de su política”. Gaviria dijo al respecto que el Vicepresidente “tiene una estatura ética y moral tan pequeña, que el ‘Pachito’ (como lo llaman las personas cercanas) le queda grande”. Además de la aclaración de Gaviria hablaron otros integrantes de la comisión que está mediando en el proceso de paz con el Eln. Francisco Galán, vocero del Eln, en la mañana de este miércoles también negó que Gaviria hubiera pronunciado esas palabras. ¿Quién está desinformando al Vicepresidente?, se preguntaba. El coordinador de ese grupo, Moritz Akerman, añadió que el dirigente del Polo no había obstaculizado las conversaciones y que, al contrario, en esa reunión que citó Santos se mostró de acuerdo con las negociaciones. Álvaro Jiménez, otro integrante de la comisión, concluyó que en Gaviria siempre han encontrado gran voluntad de cooperación. De paso Gaviria aprovechó el espacio en los medios para presentar excusas por los actos de violencia del domingo. Dijo que si bien hasta ahora no se había comprobado la participación de militantes del Polo en los actos vandálicos, en caso de que así fuera su partido los condenaba porque dentro de sus principios está el absoluto rechazo a la violencia.
La guerra mediática seguro continuará porque el ministro del Interior, Carlos Holguín Sardi, salió ante los periodistas a rechazar las acusaciones que en el exterior han hecho contra el gobierno sectores de la oposición (Gustavo Petro en Estados Unidos, Carlos Gaviria en Alemania y Piedad Córdoba en México). Los señalamientos han sido severos pues incluso utilizan como argumento la poca legitimidad el Gobierno del presidente Uribe (ver artículo de Piedad Córdoba y el Partido Liberal). Pero el contraataque de Holguín también sorprendió por la comparación: “Es costumbre de malos compatriotas hablar mal del país fuera de las fronteras desde que las Farc tenían su llamada diplomacia para la paz”.
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