Por Eliseo Fernández
La Universidad Distrital Francisco José de Caldas, a portas de cumplir 60 años, se encuentra a la deriva y con una precariedad económica que la lleva a estar muy cerca del cierre.
Para Bogotá en particular y para Colombia en general, la Universidad Distrital representa el único espacio de formación de carácter público y estatal que permite el acceso de los ciudadanos de los estratos 2 y 3, es por esto que garantizar que la Universidad esté abierta y con las garantías económicas para su funcionamiento es una lucha que debemos dar todos los colombianos, independientemente de las expectativas académicas que cada uno tenga.
El estado, históricamente, ha procurado que las diferentes instituciones de educación superior estatal se proyecten y logren una cobertura hacia los estratos 4, 5 y 6, pues esta población difícilmente se manifestará ante los atentados y agresiones a los que se ve enfrentado el pueblo colombiano. Sin ir tan lejos, hasta en el Polo Democrático se encuentran detractores de la universidad pública y estatal, concejales del Cabildo de Bogotá militantes del Polo, han manifestado abiertamente su interés para que esta institución cierre sus puertas, argumentando la carencia de políticas y la exagerada presencia e injerencia de politiqueros corruptos.
Sería impensable negar las acusaciones que han enarbolado los concejales, pero no se debe pensar que la mejor forma de solucionar un problema es desaparecerlo, por que si esto fuera así no quiero pensar sobre las políticas para solucionar el problema de indigencia, ni el problema de desnutrición, ni mucho menos el desempleo. Todos los que hemos tenido alguna relación con la Universidad Distrital Francisco José de Caldas sabemos y estamos consientes del alto grado de corrupción en el que se ha visto inmersa a lo largo de toda su historia, desgraciadamente la Universidad Distrital siempre se ha erguido como la posibilidad de pagar favores de los concejales, cargos medios y bajos son repartidos por doquier en todas las oficinas del consejo y desde hace algún tiempo del senado.
Al interior de la Universidad Distrital se observa el grado de descomposición al que ha llegado su dirigencia, no solamente la de los profesores, ni la de trabajadores, sino con todo el dolor que produce decirlo la de los estudiantes; aquellos lideres de otrora, que entregaban su vida por las justas luchas del pueblo ahora son sencillamente un engranaje más del aparato burócrata y clientelista de este estado corrupto.
Los representantes estudiantiles siempre han sido aquellos que provienen de movimientos de izquierda, ahora la Universidad Distrital cuenta en la representación de los estudiantes con un miembro de la organización FUN Comisiones que esta adscrita al MODEP, movimiento que hace parte del partido de oposición, Polo Democrático Alternativo, pero los tiempos han cambiado, la historia se esta reescribiendo y no podemos más que mirar como los partidos dejan a la deriva a sus militantes para que hagan lo que se les venga en gana, por que estoy seguro que las acciones del señor Miguel Ángel Barriga, representante al Consejo Superior Universitario en nombre de los estudiantes, no responden a las orientaciones del partido, por que no veo como el MODEP tiene como función social apoderarse de dependencias y disponer de contratos para ubicar a un sin número de personas no calificadas para desempeñar cargos públicos, no me cabe en la cabeza como pueden perfilar un líder político y social para que acceda al poder sólo y exclusivamente para aceitar la maquinaria clientelista.
Si, en la universidad hay muchos corruptos, pero también hay personas que piensan en un mejor mañana, en una universidad social, del pueblo y para el pueblo, donde quepamos todos, hay personas que no se han dejado manosear por el poder de profesores-administrativos que por sus pretensiones rectórales han impulsado a la universidad por el barranco de la miseria y la ignorancia, aún hay personas que defienden la educación pública y estatal, y no son sólo estudiantes, hay profesores y trabajadores que piensan la universidad reconstruida en un futuro, sin la corrupción de derecha ni de izquierda, somos muchos los que creemos que la función social de la universidad va más allá de la retórica y la demagogia, somos muchos los que creemos que la verdadera función social de la universidad radica en la relación directa con la sociedad, somos muchos los que permanecemos frente al cañón para defender la única universidad pública y estatal que queda en Colombia.
La Universidad Distrital Francisco José de Caldas, a portas de cumplir 60 años, se encuentra a la deriva y con una precariedad económica que la lleva a estar muy cerca del cierre.
Para Bogotá en particular y para Colombia en general, la Universidad Distrital representa el único espacio de formación de carácter público y estatal que permite el acceso de los ciudadanos de los estratos 2 y 3, es por esto que garantizar que la Universidad esté abierta y con las garantías económicas para su funcionamiento es una lucha que debemos dar todos los colombianos, independientemente de las expectativas académicas que cada uno tenga.
El estado, históricamente, ha procurado que las diferentes instituciones de educación superior estatal se proyecten y logren una cobertura hacia los estratos 4, 5 y 6, pues esta población difícilmente se manifestará ante los atentados y agresiones a los que se ve enfrentado el pueblo colombiano. Sin ir tan lejos, hasta en el Polo Democrático se encuentran detractores de la universidad pública y estatal, concejales del Cabildo de Bogotá militantes del Polo, han manifestado abiertamente su interés para que esta institución cierre sus puertas, argumentando la carencia de políticas y la exagerada presencia e injerencia de politiqueros corruptos.
Sería impensable negar las acusaciones que han enarbolado los concejales, pero no se debe pensar que la mejor forma de solucionar un problema es desaparecerlo, por que si esto fuera así no quiero pensar sobre las políticas para solucionar el problema de indigencia, ni el problema de desnutrición, ni mucho menos el desempleo. Todos los que hemos tenido alguna relación con la Universidad Distrital Francisco José de Caldas sabemos y estamos consientes del alto grado de corrupción en el que se ha visto inmersa a lo largo de toda su historia, desgraciadamente la Universidad Distrital siempre se ha erguido como la posibilidad de pagar favores de los concejales, cargos medios y bajos son repartidos por doquier en todas las oficinas del consejo y desde hace algún tiempo del senado.
Al interior de la Universidad Distrital se observa el grado de descomposición al que ha llegado su dirigencia, no solamente la de los profesores, ni la de trabajadores, sino con todo el dolor que produce decirlo la de los estudiantes; aquellos lideres de otrora, que entregaban su vida por las justas luchas del pueblo ahora son sencillamente un engranaje más del aparato burócrata y clientelista de este estado corrupto.
Los representantes estudiantiles siempre han sido aquellos que provienen de movimientos de izquierda, ahora la Universidad Distrital cuenta en la representación de los estudiantes con un miembro de la organización FUN Comisiones que esta adscrita al MODEP, movimiento que hace parte del partido de oposición, Polo Democrático Alternativo, pero los tiempos han cambiado, la historia se esta reescribiendo y no podemos más que mirar como los partidos dejan a la deriva a sus militantes para que hagan lo que se les venga en gana, por que estoy seguro que las acciones del señor Miguel Ángel Barriga, representante al Consejo Superior Universitario en nombre de los estudiantes, no responden a las orientaciones del partido, por que no veo como el MODEP tiene como función social apoderarse de dependencias y disponer de contratos para ubicar a un sin número de personas no calificadas para desempeñar cargos públicos, no me cabe en la cabeza como pueden perfilar un líder político y social para que acceda al poder sólo y exclusivamente para aceitar la maquinaria clientelista.
Si, en la universidad hay muchos corruptos, pero también hay personas que piensan en un mejor mañana, en una universidad social, del pueblo y para el pueblo, donde quepamos todos, hay personas que no se han dejado manosear por el poder de profesores-administrativos que por sus pretensiones rectórales han impulsado a la universidad por el barranco de la miseria y la ignorancia, aún hay personas que defienden la educación pública y estatal, y no son sólo estudiantes, hay profesores y trabajadores que piensan la universidad reconstruida en un futuro, sin la corrupción de derecha ni de izquierda, somos muchos los que creemos que la función social de la universidad va más allá de la retórica y la demagogia, somos muchos los que creemos que la verdadera función social de la universidad radica en la relación directa con la sociedad, somos muchos los que permanecemos frente al cañón para defender la única universidad pública y estatal que queda en Colombia.
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