Los resbalones del doctor Holguín. Las cortinas de humo del presidente. El Polo no combina las formas de lucha. El ministro debe renunciar y el Presidente debe explicar por qué tantos amigos suyos están implicados en este caso. Bloque de búsqueda.
Los resbalones del doctor Holguín
Analicemos paso a paso las posiciones del doctor Carlos Holguín con respecto a este escándalo. Estaba yo convaleciente de alguna cirugía el año pasado y me tocó ver el magistral debate del senador Gustavo Petro con respecto a este asunto de la parapolítica, el 18 de octubre de 2006. Ese día y ahí está en los anales del Congreso, el doctor Carlos Holguín Sardi hizo una intervención que a mi juicio le ha debido costar el puesto, porque fijó como posición central del gobierno que no es bueno que se conozca la verdad, es decir, la posición del “tapen-tapen”. Afirmó incluso que el país va donde va, en sus cosas buenas, porque en Colombia no se han esclarecido hechos gravísimos de la historia de Colombia. Voy a leerles lo que dijo textualmente el doctor Carlos Holguín Sardi: “Yo, que soy de la generación del Frente Nacional, puedo decirlo con alguna autoridad: en qué andaríamos los colombianos si todavía a estas alturas estuviéramos buscando en qué consistió la verdad en la violencia entre Conservadores y Liberales. ¿Adónde estaríamos todavía? Qué nos habría pasado si la grandeza de Laureano Gómez y de Alberto Lleras no hubiera dicho borrón y cuenta nueva, arranquemos con el Frente Nacional hacia un nuevo país y no volvamos a pensar en lo que nos hicimos los unos a los otros” (Plenaria del Senado, Oct.18.06). ¡El día en que se le daba la largada casi que oficial al esclarecimiento de la verdad sobre el paramilitarismo, sale Carlos Holguín Sardi a proponernos a los colombianos que el “tapen-tapen” es lo beneficioso para el futuro de Colombia! Aquí me permito una digresión. Es bien probable que buena parte de la violencia que hoy nos abruma tenga que ver, doctor Holguín, con que en aquellos días no se conoció a fondo la verdad de una catástrofe que dejó cerca de medio millón de muertos.
También dijo el doctor Carlos Holguín Sardi, en pleno escándalo de la parapolítica y siendo presidente de su Partido, al hacer referencia a un aval para algún familiar de la señora Enilce López, conocida en los medios con el nombre de “La Gata”: “No se le puede negar la inscripción a nadie, así sea el hijo de Al Capone” (Semana, Mar.06.07).
Y planteó como positivo el cierre del Congreso, una de las principales cortinas de humo en este debate.
Otro día le preguntan al doctor Holguín Sardi: “¿Supo de la cita de Ordosgoitia con los paras?” Ordosgoitia es un dirigente conservador firmante del Pacto de Santa Fe de Realito y hoy encartado con la justicia. ¿Saben qué dijo el doctor Carlos Holguín? “Algo alcancé a oírle, pero muy anecdóticamente, de esas cosas que nadie les para bolas”. Señor ministro, ¿de esas cosas a las que nadie les para bolas?
“En las pasadas elecciones presidenciales y del Congreso –alega también el doctor Holguín–, no hubo ningún tipo de infiltración paramilitar”. Senadores, uno no sabe si reírse o llorar de un ministro del Interior que afirma orondo que en las pasadas elecciones no hubo ningún tipo de infiltración paramilitar.
Es el mismo ministro que aseveró con la mayor tranquilidad: “El documento (de Ralito) es un compendio de la Constitución y desde ese punto de vista no tiene nada de impropio (…) Yo lo refrendaría”. Refrendarlo quiere decir, señor ministro, suscribirlo. Agradezcamos que usted no haya sido invitado a esa reunión, porque podría haber terminado en la encartada en que se encuentran algunos de los que sí asistieron. ¿No tiene nada impropio el Pacto de Ralito? La Corte Suprema afirma, explicando la gravedad de este fenómeno de la parapolítica: “Quien accede a la función pública merced el poder corrupto o intimidante de la organización paramilitar, se convierte en miembro de ella y participa desde su particular posición en el desarrollo del proyecto delincuencial” (El Espectador, Feb.18.07).
Dice también el doctor Holguín: “Ya están dadas todas las garantías para las elecciones de octubre” (Ibíd.). Pero la OEA acaba de testificar que hay por lo menos tres mil nuevos hombres alzados en armas. Y el señor Frank Pearl, consejero para la Reinserción, informa que hay 4.731 reinsertados que nadie sabe dónde están. Y el señor ministro le garantiza al país que todo está bajo control para las elecciones del final de este año.
Las cortinas de humo del presidente
Uno de los hechos más turbadores de esta lógica con la cual el gobierno ha venido adelantando esta campaña de ocultamiento es la táctica de las cortinas de humo, la táctica de poner a mirar hacia donde no es, táctica especialmente repudiable y aplicada por el señor presidente de la República cuando nos acusa de ser terroristas vestidos de civil, o cuando dice que otro dirigente del Polo no es un facilitador, sino un cómplice de las FARC, o cuando dice que el doctor Carlos Gaviria tiene un sesgo guerrillero y le exige que explique cuál es su amistad con el ELN y las FARC, o cuando dice que el doctor Navarro es un incitador de la violencia, todas calumnias, afirmaciones mendaces y que apuntan a crear la falacia de que aquí unos son amigos del paramilitarismo y otros amigos de la guerrilla. No. Aquí hay unos que estamos en la tercera posición, y esa es la posición que hemos venido defendiendo. Pero agrego más: y si alguien hiciera alguna acusación contra una persona afecta con cualquier tipo de organización criminal, ¿eso le quitaría menos gravedad al fenómeno de la parapolítica? ¿Eso le quitaría menos gravedad al fenómeno del paramilitarismo? ¿Cuántos de los muertos resucitarían, porque esa situación se terminara estableciendo? ¿Cuántas de las tierras arrebatadas a tantos colombianos les regresaría porque eso fuera así? La vieja táctica de intentar descalificar los hechos atacando a las personas. La vieja táctica de sustituir el análisis sobre los hechos por los ataques a las personas.
Con respecto al cuestionario del debate, doctor Holguín, tengo que lamentar que usted hubiera respondido de esta manera irresponsable. Le preguntamos: “¿Se sostiene el gobierno nacional en cada una de las acusaciones que el Presidente Uribe Vélez ha hecho contra dirigentes del Polo?” Responde el doctor Carlos Holguín: “Sí”. Le preguntamos: “¿Qué pruebas tiene el gobierno? Por favor aportarlas”. Y saben qué responde el doctor Carlos Holguín Sardi: “Declaraciones públicas”. Aquí no hay que probar nada, el gobierno no se ve en la obligación de confirmar nada. Le preguntamos: “¿Hay terroristas vestidos de civil en el Congreso, según dijo el presidente? Mencionarlos con nombre propio. Aportar las pruebas”. No los mencionó en su respuesta, doctor Holguín, ni aportó ninguna prueba, pero miren en cambio la respuesta que nos transmite el doctor Holguín, en la cual sugiere que aquel que esté en la oposición al presidente Álvaro Uribe Vélez, por ese simple hecho, ya se convierte en terrorista vestido de civil. Paso a leer lo que responde el doctor Holguín: “Hay muchas formas de hacer terrorismo y si el señor Presidente de la república de Colombia no tuviere la popularidad y la credibilidad de que goza ante el pueblo colombiano, la tragedia que se hubiere presentado por las declaraciones tendenciosas y humillantes de miembros de la oposición hubieren sido de enorme relevancia con unos daños de gran trascendencia”. A mí este tipo de posiciones me recuerda los días de Francisco Franco en España, cuando si un español le echaba un abajo al gobierno, terminaba con sus huesos en la cárcel, porque dizque había vulnerado la majestad del Estado español.
Uribe goza, y es uno de los problemas graves que se denuncian en este debate, de una especie de derecho que no tiene ningún otro colombiano, y es el derecho a faltar a la verdad sin que ningún juez juzgue o analice su comportamiento. Porque como lo juzga la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes y él sabe que allí cuenta con mayorías suficientes, se cree facultado para hacer cualquier tipo de afirmación.
Han venido insistiendo de manera astuta en que las acusaciones provienen de gente que fue del M-19, hasta en eso manipulan. Manipulan, primero, porque el M-19 se amnistió, con el voto favorable del senador Álvaro Uribe Vélez. Manipulan, segundo, porque es sabido que Gustavo Petro y Antonio Navarro y los demás dirigentes del Polo que se amnistiaron han cumplido con toda honradez con el propósito de no resolver a tiros los problemas de los colombianos, situación que no parece estar garantizada de ninguna manera por el actual proceso de paz que se vive en Colombia. Y manipulan, tercero, porque el gobierno tiene que saber, y usted lo sabe, doctor Carlos Holguín Sardi, que de los dieciocho congresistas con que cuenta hoy el Polo, apenas uno es amnistiado, el senador Gustavo Petro, y los demás no tenemos ningún tipo de responsabilidad en hechos de ese calibre.
El Polo no combina las formas de lucha
La posición del Polo, senadores y colombianos, está en su concepción programática, en sus estatutos, en sus declaraciones públicas, en las declaraciones de sus dirigentes. Y esto señálemelo como un asunto perfectamente meritorio de nuestra organización, y sobre esto no puede haber dudas y le exigimos seriedad al gobierno, no puede haber dudas de que el Polo no combina las formas de lucha, no tiene establecido en sus propósitos el empleo de instrumentos bélicos para resolver ninguna de las contradicciones y clama a favor de procesos de paz que nos conduzcan a resolver estos problemas en Colombia.
En un acto de desproporción inaudito, ministro Carlos Holguín, usted se atrevió a decirme en un programa de La Noche que yo, Jorge Enrique Robledo y el MOIR habíamos auspiciado en Colombia el alzamiento armado y la combinación de las formas de lucha. Ese día le llamé la atención y le repliqué que eso no lo podía usted decir, porque no era cierto. Usted reculó en parte y afirmó: “No voy a decir que echar bala”, pero que sí hacíamos movilizaciones y luchas estudiantiles. Pero unos días después, ante todos los medios de comunicación de Colombia, se atrevió a hacer otra afirmación mentirosa, que yo espero rectifique esta noche: “Quienes durante cuarenta años, como el señor Robledo, le enseñaron a este país a que eran legítimas todas las formas de lucha para tomarse el poder y apelaron a todas las formas de lucha”. (Feb.28.07. Noticias RCN TV del mediodía). Y todos sabemos que esa teoría de la combinación de todas las formas de lucha es una teoría mediante la cual se justifica, de un lado y del otro, el empleo de la violencia contra los contendores. Usted tenía que saberlo ya en ese momento, doctor Carlos Holguín Sardi, porque ya había tenido una semana par averiguarlo, si es que no lo sabía desde antes, que el MOIR, y ese es uno de mis orgullos y de los orgullos de esta organización, desde que empezamos en la vida política colombiana, por allá a mitades de la década del sesenta, nunca estuvimos de acuerdo o auspiciamos por acción o por omisión el alzamiento armado. Eso es historia de Colombia, que usted tiene cómo saber, señor ministro del Interior. Son muchos los colombianos importantes del establecimiento de Colombia que pueden dar fe de lo que estoy diciendo. Pero si no le basta mi punto de vista, lo invito a que lea el libro de uno de sus ideólogos, el doctor José Obdulio Gaviria, titulado Sofismas del terrorismo en Colombia (Planeta, 2005), que en las páginas 19, 20 y 21 le hace el reconocimiento al MOIR de haber sido una de las primeras organizaciones que en Colombia se opuso al alzamiento armado. Usted tenía que saber eso, señor ministro Carlos Holguín, y sin embargo usted, porque estaba incómodo por cualquier cosa que yo dije, porque hablé del parauribismo, entonces se sintió con el derecho, muy propio de la política nacional, de agredir al otro. Ese no es un estilo democrático ni tampoco un estilo positivo. Yo les pido a quienes me escuchan que miren con atención las ideas que he venido exponiendo y verán que he ido escogiendo las palabras de manera cuidadosa para no decir más de lo que estoy en condiciones de demostrar.
Concluyo repudiando varias de las reformas políticas que viene proponiendo el uribismo bajo el sofisma de que van a resolver el problema de la parapolítica y el crimen en las elecciones. ¿Cómo así que cerrar el Congreso? Lo propuso una distinguida senadora del uribismo. Resulta entonces que aquí todos estamos vinculados a esta clase de delitos, todos tenemos ese tipo de baldones en nuestra existencia. Por supuesto que no. Y cómo así, les pregunto yo a esa senadora y a los amigos del gobierno, que la solución al problema de la parapolítica consiste, por ejemplo, en quitarle la credencial al senador Gustavo Petro o al senador Jorge Enrique Robledo o a tantos que hay aquí, incluidos partidarios del gobierno, que no tienen nada que ver con actuaciones criminales. Y cómo así, pregunto también, que los votos que eligieron al Congreso sí son votos espurios, pero que esos mismos votos no son espurios cuando se tratan de darle legitimidad al señor presidente de la República. ¿Saben cuántos votos pusieron los nueve congresistas hoy en la cárcel? Cerca de medio millón de votos. Medio millón de votos que se transfirieron también al presidente de la República. Medio millón de votos que tampoco salieron sin el respaldo del jefe del Estado, o es que ignoramos cómo se hace política en Colombia, donde los congresistas respaldan al presidente y el presidente respalda a los congresistas y una parte de los votos de los parlamentarios recibe reciprocidades desde el Estado colombiano.
El propio presidente la República dijo también que hay que acabar o golpear la circunscripción nacional. ¿No sabe el jefe del Estado que es la circunscripción nacional el ámbito en el cual el voto de opinión se concreta en una realidad electoral? ¿No sabe el señor presidente que en Colombia hay un grupo grande de congresistas, todos los del Polo, que nos saldríamos al Senado sin ese voto de opinión de la circunscripción nacional? ¿No sabe que lo mismo les pasa a los movimientos de cristianos y a varios distinguidos líderes de todos los sectores? ¿Cómo es que favorecer el clientelismo hirsuto de las regiones favorece la honradez en las votaciones? Y entonces el gran argumento del Presidente y del doctor Carlos Holguín es alegar que la circunscripción nacional hace muy costosas las votaciones. ¡Que tal! De modo que de lo que se trata es de hacerlas más baratas, y para qué, doctor Holguín, ¿para poner la corrupción en sus justas proporciones, como diría el doctor Julio César Turbay Ayala? ¿De eso es de lo que se trata? Que los votos se compren y se vendan más baratos en Colombia eliminando la circunscripción nacional electoral, que es, repito, donde se concreta el voto de opinión.
Bloque de búsqueda
Conclusiones. A Uribe lo cerca un número inmenso de responsabilidades políticas. Está sitiado por este escándalo de la parapolítica, que lo toca de cerca de mil maneras. Soy de los que siguen esperando a que el presidente de la República le dé la cara al país, y nos explique por qué cerca de cien altos jefes políticos suyos terminaron, o presos, o prófugos, o sindicados, o mencionadas. Que diga lo que quiera, pero que diga algo, que no nos trate como minusválidos mentales, que asuma su responsabilidad política, que si desea diga que todo sucedió a sus espaldas, que él no vio el mastodonte del paramilitarismo y la parapolítica que recorría el territorio nacional, pero que diga algo y asuma su responsabilidad política. Creo, y esto lo propuse ya en el debate de la señora canciller, que el país está en mora, y es una facultad exclusiva del presidente Uribe, de constituir algo así como un bloque de búsqueda de la verdad, que es lo que necesitamos establecer. Lo voy a decir en palabras del presidente Cesar Gaviria: “El Presidente y el gobierno deberían anunciar que van a contribuir con toda su capacidad de investigación en el proceso que ha iniciado la Corte y que el DAS, la policía y la inteligencia militar contribuirán” (El Tiempo, Nov.19.07). Que el DAS, la policía y la inteligencia militar contribuyan al esclarecer los hechos. Digámoslo también en palabras de Patrick Leahy, senador gringo, al cual es probable le ponga más cuidado la mayoría gobiernista que el que me pueda poner a mí: “Los arrestos son el comienzo. Pero si el gobierno es serio en cortar sus vínculos con el paramilitarismo debe dedicar muchos más recursos y personal a la investigación” (El Tiempo, Mar.04.07). ¡Más recursos y personal a la investigación!
El último aspecto que señalo, doctor Carlos Holguín, por todas las razones antes explicadas, es que usted debiera presentar renuncia a su cargo, porque usted no es garantía desde la jefatura de esa cartera de que avance la verdad que todos los colombianos estamos buscando, por las muchas razones que acabo de exponer. El país se está descomponiendo, y aquí me dirijo a los uribistas, a todos los colombianos, a los liberales, a los conservadores, a la gente del Polo, a todo el mundo, el país está en una condición de extrema debilidad, y de como salgamos de estos insucesos va a depender la suerte de la nación. Y no podremos salir hacia adelante si no avanza la verdad. Que haya perdón, sí, que haya perdón. Que haya también reparación a las víctimas, pero por sobre todo que haya verdad, para que podamos avanzar por el camino que requerimos los colombianos y dejar de resolver las contradicciones a tiros. Porque si el grueso de los habitantes de este país sigue manteniendo bajas sus defensas contra la politiquería y la corrupción, o alcahueteándole a este gobierno cualquier afirmación, por descabellada que sea, porque simplemente lo dice el presidente de la República, o sigue cayendo en el garlito de que aquí quienes pedimos la verdad somos unas personas despreciables y detestables, el país no va a poder salir adelante. El país solo saldrá adelante, compatriotas, y me dirijo también a los uribistas que no están involucrados en este escándalo, si el pueblo colombiano se blinda contra todos estos fenómenos de la corrupción de los que estamos hablando, si el pueblo colombiano asume como una actitud de lucha la búsqueda de la verdad y si le exige al gobierno nacional que asuma la responsabilidad política que le corresponde.
Réplica al ministro
Lo primero, solicitarle, yo diría que exigirle, al senador Carlos García que retire una insinuación malévola que él hizo en contra de las comunidades indígenas de Riosucio, Caldas. Y por su conducto, porque es probable que tenga ese origen, que eso lo aclare también la senadora Adriana Gutiérrez, también miembro del Partido de la U. Porque no se pueden hacer insinuaciones malévolas, que incluso pueden conducir a hechos graves, peligrosos para una comunidad a la que le quieren volver un crimen ser indígena, porque en Colombia ser indígena es una especie de crimen, y ahora parece que si yo sacara unos cuantos votos entre esas comunidades indígenas, eso permite insinuaciones malévolas. Dejo constancia de que el senador García debe corregir esa insinuación que hizo aquí y que es absolutamente inaceptable.
Lo segundo, me ratifico en lo que dije con respecto a la permanencia en el Ministerio del doctor Carlos Holguín, puesto que nada de lo que él dijo desvirtúa mis aseveraciones. Pienso que por el bien de este país debe renunciar a su cargo de ministro de Estado. Entre otras razones, porque él se llena de calificativos y adjetivos, pero finalmente no refuta nada de lo que yo dije, sino que simplemente le da vueltas y vueltas, saliéndose del tema, y sin hacer referencia a mis acusaciones, llenas de números y de citas textuales. Leí no sé cuántas citas de lo que él dijo, de lo que dijo el presidente Uribe, de lo que dijeron los funcionarios del gobierno nacional, todas para demostrar que aquí hay en marcha una política de “tapen-tapen”. El ministro ni se refiere a eso.
Quisiera hacer mención a una táctica muy típica de este gobierno. Y es que cuando se ataca al presidente de la República, en Colombia o en el exterior, el uribismo intenta volverlo un ataque a Colombia, a todos los colombianos. No. No dudo de la importancia de ministros como el doctor Juan Manuel Santos o el doctor Carlos Holguín, pero de ahí a pensar que ellos son Colombia y que criticarlos a ellos equivale a un ataque a toda la nación, me parece, por lo menos, exagerado. Para no decir que es otra evidente cortina de humo para sacarle el quite a los debates que estamos planteando.
Me preocupa mucho, doctor Carlos Holguín, que usted tienda a constituir una especie de delito de opinión en torno al terrorismo. Tanto por las respuestas escritas, como por lo que dijo, queda en claro que aquí se empieza a tachar como terrorista a todo aquel que descalifique al gobierno o al presidente. Yo entendía, doctor Carlos Holguín, que en Colombia no había delitos de opinión, una reivindicación de muchas décadas. De ahí que ustedes no puedan convertir en delito de opinión las aseveraciones de los contrarios, por duras que sean. Y mucho menos convertir en el delito de terrorismo las opiniones que se expresen. Ese tipo de actitudes conducen a romper las más elementales normas de la democracia. Por esa vía, el solo hecho de hablar se empieza a convertir en una actividad subversiva.
Quiero también hacer referencia a los incidentes ocurridos el día en que estuvo el presidente Bush de visita en Colombia. A mí me da hasta lástima que se presenten unas imágenes perfectamente editadas. ¿Por qué no se muestra en extenso lo que allí sucedió? ¿Por qué no se muestran las miles y miles de personas que estaban en la concentración y que no tuvieron ningún tipo de actitud que pueda ser condenable? Si se hubiera mostrado completo el asunto, se habría visto que después de los incidentes entre ese grupo de jóvenes y la policía, la manifestación se mantuvo por lo menos media hora más antes de que la misma fuerza pública decidiera, de manera a mi juicio absolutamente innecesaria, disolverla con gases, dando paso a los desmanes que terminaron sucediendo. También mis afirmaciones como vocero del Polo Democrático Alternativo fueron editadas en los noticieros para ocultar la parte en la que yo expliqué que esos actos de fuerza por parte de algunos manifestantes no eran orientaciones del Polo Democrático Alternativo, no eran manifestantes del Polo Democrático Alternativo. Actos que yo repudié de manera absolutamente enfática, como los repudió el senador Gustavo Petro y el doctor Carlos Gaviria. ¿Por qué no se dicen esas cosas? ¿Por qué este propósito de manipularlo todo, para poder crucificar al Polo, porque infortunadamente en un acto en el que nosotros estuvimos sucedieron los hechos lamentables y repudiados por nosotros? Yo hice unas censuras a la actitud de la fuerza pública, censuras que mantengo. Por qué se quiere presentar estos incidentes, repito, lamentables pero relativamente menores, como un hecho de una proporción inconmensurable, como actos de terrorismo. Por qué se intenta decir que sólo sucedieron en Colombia, cuando por esos mismos días prácticamente todas las movilizaciones que hubo en el continente americano en contra del presidente Bush produjeron incidentes de diversos tipos por parte de barras bravas que se comportan así en Buenos Aires, en Sao Paulo, en mil sitios. Y aquí esto lo quieren volver cabeza de proceso contra el Polo Democrático Alternativo, como una cosa gravísima, en la actitud de que el pueblo colombiano no puede salir a la calle ni tiene derecho a protestar, porque si algo especial sucede en las movilizaciones, en las protestas, entonces sus dirigentes son indebidamente condenados y perseguidos.
Por todas estas consideraciones, el Polo Democrático Alternativo no retira una sola de las palabras que dijimos en este debate y nos ratificamos en la idea en que el doctor Carlos Holguín estaría mejor disfrutando de su pensión de jubilación o en un cargo distinto al de ministro del Interior.