CARLOS PIZARRO LEÓN-GÓMEZ

Jueves 26 de abril de 2007
Se cumplen hoy 17 años del asesinato de Carlos Pizarro León-Gómez. En este aniversario recordamos al hombre que así como un día decidió irse a la guerra para cambiar el país, en 1988 decidió junto con sus compañeros de armas, apostarle con todo a la paz.

A escasos dos meses de haber firmado la paz, Pizarro fue asesinado por la espalda el 26 de abril de 1990 dentro de un avión, cuando viajaba a la costa caribe en calidad de candidato presidencial. Hoy su familia, sus compañeros y el país, siguen esperando los resultados de la investigación.

El 26 de abril de 1990 fue asesinado el último comandante del Movimiento 19 de Abril (M-19), Carlos Pizarro León-Gómez. Mes y medio antes, la organización guerrillera se había incorporado a la vida civil.

Pizarro, responsable político del M-19 en las negociaciones con el gobierno de Belisario Betancur, fue baleado a bordo de un vuelo comercial, cuando estaba a punto de despegar del aeropuerto El Dorado, de Bogotá. Esta es una historia llena de paradojas. Como la que pude escucharse en una canción que no fue escrita con ocasión de ella, pero que le cabe, como los anillos en los dedos: "Supo la historia de un golpe, sintió en su cabeza cristales molidos y comprendió que la guerra era la paz del futuro; lo más terrible se aprende enseguida y lo más hermoso nos cuesta la vida. La última vez lo vi irse, entre humo y metralla, contento y desnudo; iba matando canallas con su cañón de futuro". Es que el significado de su muerte trasciende, como lo anotó el año pasado, nadie menos que el ex ministro Rudolf Hommes: "El sacrificio de Pizarro sirvió de expiación.

Cuando salió Navarro en televisión, con un saco de lana que parecía tejido por una tía, y dijo que nada, que a pesar de la gravedad del crimen, el M-19 seguía en la legalidad, todos respiramos. Ahí nació el Eme como movimiento político y Antonio como figura nacional. Los pecados que habían cometido, que no fueron pocos, no los perdonó un indulto. Lo hizo Colombia ese día. Y ellos han respondido y han enderezado su camino". En el momento de su muerte, Pizarro era el candidato presidencial del M-19, con su lema "palabra que sí", que luego sería más recordado en la voz de Antonio Navarro, que recogió la ensangrentada candidatura. Ocho meses antes, el 18 de agosto, había sido asesinado Luis Carlos Galán. Por aquellos días, en una tenebrosa escalada el narcotráfico y el paramilitarismo, perdón por la redundancia, aniquilaron más de tres mil personas, la mayoría militantes de la Unión Patriótica. Entre los muchos asesinados en este período están Jaime Pardo, Manuel Cepeda, Bernardo Jaramillo, Eduardo Umaña y José Antequera, atentado en el que también fue herido, involuntariamente, Ernesto Samper. El fundador de las AUC, Carlos Castaño, en el libro "Mi confesión", del periodista Mauricio Aranguren Molina, admitió haber participado personalmente en el asesinato de Pizarro. En 2001 un juez condenó a Castaño a 60 años de prisión por su participación. Como paradoja histórica, otra: fue un 26 de abril, en 2004, que se dio por desaparecido a Castaño. Dicen que pasó a mejor vida... en Estados Unidos.

ADIÓS A LAS ARMAS El 9 de marzo de 1990, en las montañas del Cauca, el M-19 dejó las armas y, como siempre en Colombia, hubo discursos. Sí, como no: también Pizarro se echó uno. Dijo: "Se han hecho muchas preguntas alrededor de la preocupación de muchos colombianos, en el sentido de que el M-19 no tenga la suerte de la Unión Patriótica. Creo que en las manos de todos los que estamos aquí y de los hombres que creen que estamos asistiendo al último cuarto de hora se está jugando el destino de Colombia". Sin comentarios. Ya cerca del final, añadió: "No tenemos nostalgia, no estamos mirando hacia atrás, no estamos mirando hacia el pasado. Nos sentimos iluminados por los grandes hombres del M-19 a quienes rendimos hoy homenaje. Sabemos que somos hijos de Jaime Bateman, somos discípulos de Álvaro Fayad e Iván Marino Ospina; y llegamos a la paz porque es una exigencia del tiempo".

INMORTALIDAD Hace rato que el escritor mexicano Carlos Fuentes viene anunciando y leyendo fragmentos de su próxima novela, "Aquiles o el guerrillero y el asesino", basada en, qué paradoja, Carlos Pizarro León-Gómez. Según Fuentes, Pizarro "fue un luchador guerrillero hasta el momento en que se dio cuenta de que inevitablemente se iba hacia la narcoguerrilla, que ésta iba a ser inseparable de su actividad guerrillera". Y añade el escritor: "Durante un vuelo de Bogotá a Medellín, en plena campaña, un sicario salió del baño del avión y lo asesinó a tiros. En el tiroteo con los guardaespaldas de Pizarro, cayó muerto también el asesino. En el zapato del sicario encontraron una carta: 'No se olviden de pagarle los dos mil dólares a mi mamacita'. Es una buena historia, ¿no?".

Armando González (Diario Occidente) Wednesday, Apr. 27, 2005 at 3:26 AM

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